Había logrado escribir mi novela. Había logrado hacer que una librería la tuviera en sus estanterías. Había logrado hacer una presentación. Pero ahora quedaba divulgarla y distribuirla. Tenía que hacer de comercial presentándome a las librerías para que se expusiera en las estanterías.
Por parte de la librería Abacus, no había ningún problema, Yolanda Ibáñez me estaba ayudando muchísimo y ella misma se encargaría de que la novela se distribuyera por todas las librerías de la cadena Abacus.
Por mi parte inicie mi andadura de distribuidor y me personé en otras librería; recorriendo inicialmente las de mi propia localidad y acudí a las librerías CROQUIS y J. ISART, donde me aceptaron dejar algunos ejemplares en depósito.
Luchando contra el tiempo, ya que tenía que sacar huecos en mi trabajo diario, fui visitando más librerías, llevando ejemplares a la librería SANTY y PAPIR-PAPER, también de Sant Boi.
Durante ese tiempo, tuve la suerte de que por parte de la revista LA VOZ de Castelldefels, me invitaran para tener una entrevista con ellos, en este caso con Lidia Tagliafico la cual también medió para hacer otra entrevista en RADIO CASTELLDEFELS y más tarde fui invitado para acudir a la presentación de "los alcaldables" de los siete partidos políticos de Castelldefels, donde a cada uno de ellos les entregué un ejemplar de mi novela y nos hicieron un reportaje en la misma revista La Voz de Castelldefels.
Estas entrevistas, sin lugar a dudas dieron un impulso formidable al libro, consiguiendo que la librería CANILLO tuviera ejemplares mios, los cuales se agotaron enseguida y tuve que reponer rápidamente.
Por medio de conocidos y familiares, pude hacer que tuvieran ejemplares otras librerías en diferentes localidades, como LANIGÓ de Cubellas, SELLARET de Vilafranca del Penedés, SPART de Segur y ARC VOLTAIC de Gavá.
Poco a poco se iba distribuyendo por las librerías de las diferentes poblaciones y por las de la cadena Abacus.
UN CADÁVER PARA UN DETECTIVE
Este Blog recoge todas las incidencias del libro; desde su gestación como idea, hasta la última noticia del mismo.
UN CADÁVER PARA UN DETECTIVE
viernes, 29 de abril de 2011
jueves, 28 de abril de 2011
PRESENTACIÓN EN ABACUS
Una vez conocido que con ABACUS podía hacer mi primera presentación de la novela, empecé a ponerme de acuerdo con Yolanda Ibáñez (responsable de Abacus de Sant Boi) y decidimos poner la fecha para tal evento, señalándolo para el jueves 17 de marzo a las 20:00 horas.
Pensamos que al ser un jueves, día laborable, podría haber alguna persona que tuviera impedimento en acudir y por ello se decidió que el sábado 19 de marzo (San José y días del padre) yo podría estar por la librería entre las doce y la una por si alguien se pudiese pasar en esos momentos. Estaba claro que mi intención era el que nadie se quedara sin mi presentación.
A partir de ahí fue cuando por parte de Yolanda se empezó a tomar decisiones de carteles, lugar de la tienda donde podría hacerse, como distribuirlo en la sala, los contactos con sus jefes, etcétera; y por mi parte empecé a comunicar a todos mis amigos y familiares la fecha y hora de la presentación.
No fue fácil. Salvo algunos que me comunicaban la no asistencia por problemas de horarios, y de otros que me aseguraban el que estarían para acompañarme y darme ánimos, era la gran mayoría los que me contestaban: "perfecto, si puedo asistiré", con lo cual no tenía ni idea de quiénes serían los que vendrían.
Por si acaso, fui comentándoselo también a algunos clientes (con los que tengo más afinidad), así como a compañeros de mi antiguo trabajo en la Guardia Civil y detectives que ahora tengo como compañeros de profesión, a algunos abogados con los que trabajo y a amigos del gimnasio donde acudo (casi) diariamente.
El jueves 17 de marzo, me personé en la librería media hora antes de la hora señalada. Lo hice con la intención de charlar con Yolanda y mirar si le podía ayudar en algo, pero mi sorpresa fue cuando al llegar, vi que, tanto ella como el resto de sus compañeros, lo tenía todo preparado y más que preparado. Una mesa cargada de mis libros, con un baso y una jarra de agua preparada para mi exposición, un letrero con mi nombre sobre la mesa y unas veinticinco sillas para el supuesto público asistente, además de la silueta de un cadáver dibujada en el suelo, a modo de señalar que allí había ocurrido un homicidio.
Tengo que decir que me sorprendió gratamente y que me pareció maravilloso. También tengo que decir que me asustó y al ver tantas sillas pensé en como disimular las que, seguramente, quedarían vacías.
La hora señalada para el acto era a las ocho, pero se había ido diciendo que a partir de las siete y media ya estaría yo por allí; y cual fue mi sorpresa que cuando aún no eran ni las siete y media, ya empezaron a venir algunas personas: y no eran familiares, que era a los que esperaba que pudieran llegar unos minutos antes. No, eran clientes, abogados, amigos de profesión, y mucha gente, pero que mucha gente; lo cual me hizo poner nervioso.
Eran las ocho y diez de la tarde y las sillas estaban todas ocupadas, y más gente alrededor de las librerías y estanterías, de pie, esperando que yo me sentase a explicarles de que iba mi libro. Y aún no era hora de empezar pero más de 10o personas estaban impacientes a que lo hiciera.
Yolanda y yo, aunque nos pesara, decidimos empezar antes de hora, para no impacientar al respetable, y ella me dio entrada. A ella, al igual que a mí, le delataron los nervios que estábamos pasando.
Colosal entrada, a la que no me tocó más remedio que aceptar y ponerme en situación. Eso sí, explicando primero que estaba de los nervios y que no sabía si me podría explicar en condiciones.
Poco a poco me fui entonando y serenándome, dando una charla de mi trayectoria profesional y algunas cosas de mi corta "biografía". A continuación empecé a explicar el por qué de mi novela y más tarde pasaron a hacerme algunas preguntas sobre mí y sobre la propia novela. Algunas de ellas realmente comprometidas y otras con las que me daba juego para poder gastar alguna pequeña broma.
Como colofón, al terminar, la gente empezó a aplaudir y fue cuando el corazón parecía salirse de mi pecho y las venas de mi rostro calentaban mis mejillas sin poder evitarlo.
La gente se aglomeraba delante de mi mesa, cada uno de ellos con un libro, algunos con dos y hasta tres, a la espera de que les firmara y dedicara cada uno de aquellos ejemplares.
Fueron tantos los que querían que les dedicase el libro que muchos de los conocidos se despedían amenazándome de buscarme otro día para que se lo firmara por no poderse esperar.
Maravilloso, fue un momento realmente maravilloso, del que disfruté por sentirme arropado con tantas personas a las que quiero en muchos sentidos y a las que agradecí y agradezco que en un momento como aquél, en un día cualquiera y laborable, se hubieran molestado en estar junto a mí y darme su apoyo que tomo como incondicional.
¡¡¡ GRACIAS !!!
Pensamos que al ser un jueves, día laborable, podría haber alguna persona que tuviera impedimento en acudir y por ello se decidió que el sábado 19 de marzo (San José y días del padre) yo podría estar por la librería entre las doce y la una por si alguien se pudiese pasar en esos momentos. Estaba claro que mi intención era el que nadie se quedara sin mi presentación.
A partir de ahí fue cuando por parte de Yolanda se empezó a tomar decisiones de carteles, lugar de la tienda donde podría hacerse, como distribuirlo en la sala, los contactos con sus jefes, etcétera; y por mi parte empecé a comunicar a todos mis amigos y familiares la fecha y hora de la presentación.
No fue fácil. Salvo algunos que me comunicaban la no asistencia por problemas de horarios, y de otros que me aseguraban el que estarían para acompañarme y darme ánimos, era la gran mayoría los que me contestaban: "perfecto, si puedo asistiré", con lo cual no tenía ni idea de quiénes serían los que vendrían.
Por si acaso, fui comentándoselo también a algunos clientes (con los que tengo más afinidad), así como a compañeros de mi antiguo trabajo en la Guardia Civil y detectives que ahora tengo como compañeros de profesión, a algunos abogados con los que trabajo y a amigos del gimnasio donde acudo (casi) diariamente.
El jueves 17 de marzo, me personé en la librería media hora antes de la hora señalada. Lo hice con la intención de charlar con Yolanda y mirar si le podía ayudar en algo, pero mi sorpresa fue cuando al llegar, vi que, tanto ella como el resto de sus compañeros, lo tenía todo preparado y más que preparado. Una mesa cargada de mis libros, con un baso y una jarra de agua preparada para mi exposición, un letrero con mi nombre sobre la mesa y unas veinticinco sillas para el supuesto público asistente, además de la silueta de un cadáver dibujada en el suelo, a modo de señalar que allí había ocurrido un homicidio.
Tengo que decir que me sorprendió gratamente y que me pareció maravilloso. También tengo que decir que me asustó y al ver tantas sillas pensé en como disimular las que, seguramente, quedarían vacías.
La hora señalada para el acto era a las ocho, pero se había ido diciendo que a partir de las siete y media ya estaría yo por allí; y cual fue mi sorpresa que cuando aún no eran ni las siete y media, ya empezaron a venir algunas personas: y no eran familiares, que era a los que esperaba que pudieran llegar unos minutos antes. No, eran clientes, abogados, amigos de profesión, y mucha gente, pero que mucha gente; lo cual me hizo poner nervioso.
Eran las ocho y diez de la tarde y las sillas estaban todas ocupadas, y más gente alrededor de las librerías y estanterías, de pie, esperando que yo me sentase a explicarles de que iba mi libro. Y aún no era hora de empezar pero más de 10o personas estaban impacientes a que lo hiciera.
Yolanda y yo, aunque nos pesara, decidimos empezar antes de hora, para no impacientar al respetable, y ella me dio entrada. A ella, al igual que a mí, le delataron los nervios que estábamos pasando.
Colosal entrada, a la que no me tocó más remedio que aceptar y ponerme en situación. Eso sí, explicando primero que estaba de los nervios y que no sabía si me podría explicar en condiciones.
Poco a poco me fui entonando y serenándome, dando una charla de mi trayectoria profesional y algunas cosas de mi corta "biografía". A continuación empecé a explicar el por qué de mi novela y más tarde pasaron a hacerme algunas preguntas sobre mí y sobre la propia novela. Algunas de ellas realmente comprometidas y otras con las que me daba juego para poder gastar alguna pequeña broma.
Como colofón, al terminar, la gente empezó a aplaudir y fue cuando el corazón parecía salirse de mi pecho y las venas de mi rostro calentaban mis mejillas sin poder evitarlo.
La gente se aglomeraba delante de mi mesa, cada uno de ellos con un libro, algunos con dos y hasta tres, a la espera de que les firmara y dedicara cada uno de aquellos ejemplares.
Fueron tantos los que querían que les dedicase el libro que muchos de los conocidos se despedían amenazándome de buscarme otro día para que se lo firmara por no poderse esperar.
Maravilloso, fue un momento realmente maravilloso, del que disfruté por sentirme arropado con tantas personas a las que quiero en muchos sentidos y a las que agradecí y agradezco que en un momento como aquél, en un día cualquiera y laborable, se hubieran molestado en estar junto a mí y darme su apoyo que tomo como incondicional.
¡¡¡ GRACIAS !!!
martes, 26 de abril de 2011
CON EL LIBRO EN MIS MANOS
El día 1 de marzo, llegó el libro a mis manos. ¡Bendita sensación!; era como la sensación de ser padre: algo tuyo nace y de pronto está en tus manos, sujetándolo y admirándolo.
Ya había vivido tres veces ese tipo de sensación, las dos primeras fueron al nacer cada una de mis dos hijas y la tercera cuando nació mi nieta. Ahora; aunque evidentemente no era lo mismo, se parecía mucho y me recordaba a esos tres "disfrutes" anteriores.
A partir de aquí venía lo peor, la tarea más ardua y difícil, la de hacer de comercial. Se me presentaba el reto de ir puerta a puerta, librería a librería ofreciendo que me expusieran en sus vitrinas mi novela. Convencerles de que esa historia que había creado podría interesarle a alguien.
Ya me habían asesorado en ese sentido, así era como tenía que sufrir por ser un "escritor novel", un "principiante", un "desconocido" y ese tenía que ser el precio a pagar. Pero lejos de tener dificultades, me fue relativamente sencillo.
AL igual que me había ocurrido con la Editorial que enseguida llegamos a un acuerdo, en este tema también pasó algo parecido. Decidí visitar a la librería Abacus de Sant Boi, por ser una librería grande y por ser además una cooperativa, con lo cual podría intentar distribuir el libro por todas sus librerías.
Cuando me presenté en Abacus y expuse mis intenciones, me sorprendí, ya que mostraron un gran entusiasmo y me hicieron sentir como "un escritor", ya que me estaban escuchando y atendiendo como a tal.
Las chicas que estaban en el mostrador y el chico que les acompañaba, enseguida llamaron a la responsable para que me atendiera personalmente.
No pasó ni un minuto cuando se me acercó Yolanda, la cual seguía con el mismo entusiasmo que sus compañeros. Enseguida, tras explicarle cual era mi novela, enseñarle un ejemplar y hacerle una pequeña exposición de su contenido, pasó a buscar un hueco en la agenda, a decirme que además podríamos hacer algo para Sant Jordi (día del libro), etc.
En definitiva que hizo que el corazón se me saliese de la camisa. No me lo podía creer. Yo que iba a suplicarle que por favor me pusieran un ejemplar en un rincón de alguna estantería por si alguien lo podía ver...
A partir de ahí, fuegos artificiales. Empezamos a trazar mi presentación y adarme detalles de dónde y cómo podíamos hacerla. Claro está notificándome que tenía que hablar con sus superiores pero que no le veía ningún problema.
Me fui de la tienda (sólo me faltaba dar saltos de alegría) y volví dos días después para saber lo que le habían dicho. Todo lo tenía preparado, estudiado, y por supuesto aceptado por sus superiores, así que empezamos a preparar definitivamente la presentación.
Pensé que ya podía empezar a visitar más librerías y ofrecerles que cogieran mi novela, ya me sentía fuerte. Abacus, por medio de Yolanda, me había hecho sentir un escritor y me sentía con todas las fuerzas de poder presentar mi novela en cualquier sitio.
Ya había vivido tres veces ese tipo de sensación, las dos primeras fueron al nacer cada una de mis dos hijas y la tercera cuando nació mi nieta. Ahora; aunque evidentemente no era lo mismo, se parecía mucho y me recordaba a esos tres "disfrutes" anteriores.
A partir de aquí venía lo peor, la tarea más ardua y difícil, la de hacer de comercial. Se me presentaba el reto de ir puerta a puerta, librería a librería ofreciendo que me expusieran en sus vitrinas mi novela. Convencerles de que esa historia que había creado podría interesarle a alguien.
Ya me habían asesorado en ese sentido, así era como tenía que sufrir por ser un "escritor novel", un "principiante", un "desconocido" y ese tenía que ser el precio a pagar. Pero lejos de tener dificultades, me fue relativamente sencillo.
AL igual que me había ocurrido con la Editorial que enseguida llegamos a un acuerdo, en este tema también pasó algo parecido. Decidí visitar a la librería Abacus de Sant Boi, por ser una librería grande y por ser además una cooperativa, con lo cual podría intentar distribuir el libro por todas sus librerías.
Cuando me presenté en Abacus y expuse mis intenciones, me sorprendí, ya que mostraron un gran entusiasmo y me hicieron sentir como "un escritor", ya que me estaban escuchando y atendiendo como a tal.
Las chicas que estaban en el mostrador y el chico que les acompañaba, enseguida llamaron a la responsable para que me atendiera personalmente.
No pasó ni un minuto cuando se me acercó Yolanda, la cual seguía con el mismo entusiasmo que sus compañeros. Enseguida, tras explicarle cual era mi novela, enseñarle un ejemplar y hacerle una pequeña exposición de su contenido, pasó a buscar un hueco en la agenda, a decirme que además podríamos hacer algo para Sant Jordi (día del libro), etc.
En definitiva que hizo que el corazón se me saliese de la camisa. No me lo podía creer. Yo que iba a suplicarle que por favor me pusieran un ejemplar en un rincón de alguna estantería por si alguien lo podía ver...
A partir de ahí, fuegos artificiales. Empezamos a trazar mi presentación y adarme detalles de dónde y cómo podíamos hacerla. Claro está notificándome que tenía que hablar con sus superiores pero que no le veía ningún problema.
Me fui de la tienda (sólo me faltaba dar saltos de alegría) y volví dos días después para saber lo que le habían dicho. Todo lo tenía preparado, estudiado, y por supuesto aceptado por sus superiores, así que empezamos a preparar definitivamente la presentación.
Pensé que ya podía empezar a visitar más librerías y ofrecerles que cogieran mi novela, ya me sentía fuerte. Abacus, por medio de Yolanda, me había hecho sentir un escritor y me sentía con todas las fuerzas de poder presentar mi novela en cualquier sitio.
LA PORTADA
En el mes de febrero de 2011, ya enviada la novela a la editorial para su maquetación y esperando ver la prueba final, empezamos a decidir cual sería la imagen externa; es decir, la portada.
Un fiel trabajo de Luís Muñoz (de la editorial Círculo-Rojo) y su exquisito buen gusto hizo que, juntos, diéramos con la portada ideal.
Buscando entre miles de posibilidades, de pronto, Luís me dijo: "mírate ésta". Fue entonces cuando busqué la que me indicaba y me sorprendí. Fue genial. Solamente verla le dije: "¡perfecta!" y sin más tomamos la decisión.
El rostro de un individuo que parecía salir de la sombra, sin decir nada, con mirada penetrante. Esa era la imagen ideal para mi novela. Instantáneamente nos pareció que invitaba a pensar..., a preguntarnos por: ¿quién era? ¿a cual de los personajes le pertenecía ese rostro? y eso le daba un punto de intriga que combinaba perfectamente con lo que había dentro. Así fue como se decidió.
A partir de aquel momento, la novela no sólo tenía alma, sino que también tenía cuerpo.
lunes, 25 de abril de 2011
PRESENTACIÓN A LA EDITORIAL
Durante el mes de enero de 2011, ya habiendo terminado de escribir totalmente la novela, empezó la parte más dura; y digo "más dura" por razones de desconocimiento y por los comentarios que había recibido por parte de muchas personas en cuanto a que esa parte era la más difícil: la de buscar quién y cómo editarlo.
Busqué por internet diferentes editoriales y consulté, tanto su forma de operar como sus precios.
La idea que tenía, por el consejo de muchos, era el enviarlo a varias editoriales para que leyeran la novela y para que me dijeran si les parecía bien y si se podía editar con ellos; para acto seguido empezar a tratar el tema económico.
Finalmente me decidí empezar a tratar con la editorial Circulo Rojo, la cual me pareció bastante seria y me puse en contacto telefónico con ellos.
Una vez decidí que iniciaría mi andadura con esa editorial y que luego iría mandando una copia de mi novela a otras editoriales, a la espera de que alguna me diera el visto bueno definitivo para pudiera editar con ella, procedí a registrarla en la Propiedad Intelectual.
Antes, tuve que decidir por darle un título definitivo a mi obra ya que, hasta el momento, disponía de varios y no estaba convencido todavía.
Finalmente decidí titularla "UN CADÁVER PARA UN DETECTIVE" y por fin daba por finalizada la primera fase. A partir de ese mometno ya era consciente de que había gestado mi novela. A partir de ese momento sentía que había decidido ser padre, padre de mi porpia novela.
Busqué por internet diferentes editoriales y consulté, tanto su forma de operar como sus precios.
La idea que tenía, por el consejo de muchos, era el enviarlo a varias editoriales para que leyeran la novela y para que me dijeran si les parecía bien y si se podía editar con ellos; para acto seguido empezar a tratar el tema económico.
Finalmente me decidí empezar a tratar con la editorial Circulo Rojo, la cual me pareció bastante seria y me puse en contacto telefónico con ellos.
Una vez decidí que iniciaría mi andadura con esa editorial y que luego iría mandando una copia de mi novela a otras editoriales, a la espera de que alguna me diera el visto bueno definitivo para pudiera editar con ella, procedí a registrarla en la Propiedad Intelectual.
Antes, tuve que decidir por darle un título definitivo a mi obra ya que, hasta el momento, disponía de varios y no estaba convencido todavía.
Finalmente decidí titularla "UN CADÁVER PARA UN DETECTIVE" y por fin daba por finalizada la primera fase. A partir de ese mometno ya era consciente de que había gestado mi novela. A partir de ese momento sentía que había decidido ser padre, padre de mi porpia novela.
sábado, 23 de abril de 2011
DECISIÓN FINAL
Tras haber tomado la decisión de escribir un libro, opté por hacerlo a través de una novela y dentro del género de novela negra; ya que entendía que era donde mejor me sentía y ser éste el estilo en el cual me podría desenvolver con mayor facilidad.
Durante dos años estuve recogiendo notas, pensando posibilidades y tramas para confeccionar una historia. Dos años estudiando lo que quería contar.
Mi primera intención, había sido la de idear un "crimen perfecto". Hacer un relato donde, al protagonista, no le pillaran y que saliera indemne de su crimen; pero me pareció poco ético y temía poder enseñar algo que pudiera ser usado por alguna mente escabrosa.
Más tarde pensé que podría ser bueno combinar más de una vicisitud; es decir: vincular al crimen (en este caso al homicidio) una historia de amor. Un conflicto matrimonial donde se pudiera mezclar una infidelidad, unos celos y la voluntad de mantener vivo un matrimonio, dándole un poco de carácter romántico o, según se mire, un egoísmo personal.
A la misma vez, tenía la intención de airear otros detalles profesionales, como podía ser el trato frío que algunos agentes de los mossos d'esquadra tienen respecto a los miembros de la seguridad privada, tales como detectives o directores de seguridad.
Una vez había decidido cual iba a ser la pauta y la estrategia a seguir, empecé a buscar por donde empezar, desde donde partía y cual debía ser la trayectoria para poder darle forma.
La principal idea era hacer que el lector fuera conociendo paso a paso los detalles de lo que iba sucediendo y que se fuera metiendo en cada uno de sus personajes a medida que iban apareciendo en la historia, sin esconder nada. Quería que el lector fuera analizando, por un lado, el comportamiento de cada personaje y que, a la vez, pudiera pensar si hacía bien o mal en su forma de actuar, y por otro que fuese buscando los posibles fallos que pudiera hacer el personaje mientras iban sucediéndose los hechos. De esa forma mantendría en vilo al lector hasta el final, haciéndole creer que podría pensar: donde y por qué le descubrirían.
Para darle un poco más de suspense, en la historia narro paso a paso el cómo va sucedinedo todo, así como las coartadas que va maquinando el autor; y faltando poco más de veinte páginas para el final, el lector aún no conoce si será descubierto o si quedará sin resolverse, a pesar de que el autor conoce el verdadero responsable desde las primeras páginas de la novela.
Durante dos años estuve recogiendo notas, pensando posibilidades y tramas para confeccionar una historia. Dos años estudiando lo que quería contar.
Mi primera intención, había sido la de idear un "crimen perfecto". Hacer un relato donde, al protagonista, no le pillaran y que saliera indemne de su crimen; pero me pareció poco ético y temía poder enseñar algo que pudiera ser usado por alguna mente escabrosa.
Más tarde pensé que podría ser bueno combinar más de una vicisitud; es decir: vincular al crimen (en este caso al homicidio) una historia de amor. Un conflicto matrimonial donde se pudiera mezclar una infidelidad, unos celos y la voluntad de mantener vivo un matrimonio, dándole un poco de carácter romántico o, según se mire, un egoísmo personal.
A la misma vez, tenía la intención de airear otros detalles profesionales, como podía ser el trato frío que algunos agentes de los mossos d'esquadra tienen respecto a los miembros de la seguridad privada, tales como detectives o directores de seguridad.
Una vez había decidido cual iba a ser la pauta y la estrategia a seguir, empecé a buscar por donde empezar, desde donde partía y cual debía ser la trayectoria para poder darle forma.
La principal idea era hacer que el lector fuera conociendo paso a paso los detalles de lo que iba sucediendo y que se fuera metiendo en cada uno de sus personajes a medida que iban apareciendo en la historia, sin esconder nada. Quería que el lector fuera analizando, por un lado, el comportamiento de cada personaje y que, a la vez, pudiera pensar si hacía bien o mal en su forma de actuar, y por otro que fuese buscando los posibles fallos que pudiera hacer el personaje mientras iban sucediéndose los hechos. De esa forma mantendría en vilo al lector hasta el final, haciéndole creer que podría pensar: donde y por qué le descubrirían.
Para darle un poco más de suspense, en la historia narro paso a paso el cómo va sucedinedo todo, así como las coartadas que va maquinando el autor; y faltando poco más de veinte páginas para el final, el lector aún no conoce si será descubierto o si quedará sin resolverse, a pesar de que el autor conoce el verdadero responsable desde las primeras páginas de la novela.
viernes, 22 de abril de 2011
REVOLUCIÓN INTERNA
Muchas ideas en mi cabeza: demasiadas anecdotas, historias, vicisitudes y un sin fin de situaciones son las que me han llevado a decidirme escribir una novela.
Son ya más de nueve años, escribiendo pequeños artículos y columnas en revistas y periódicos locales; artículos en los que muchos de ellos han ido relacionados con mi trabajo y mi actividad profesional, tanto en la que actualmente llevo como detective privado, como la que ejercí en los servicios de información de la Guardia Civil, donde en su conjunto sumo ya más de veintinueve años de trayectoria.
Historias que, alguna de ellas, he dejado aparcada en un lugar secreto de mi cerebro por ser situaciones desagradables y cargadas de sufrimiento y angustia; otras que mantengo siempre en ese cajón de mi memoria para poderlas recordar y comentar en cualquier momento por ser graciosas y curiosas, y por último todas aquellas que me han nutrido porfesionalemente. Hechos que han servido para que, día a día, haya podido ir extrayendo los elementos necesarios para desarrollar mi profesión lo más dignamente posible.
Todo ello ha contribuido a esa idea de plasmarlo en un libro.
Pero lejos de contar una historia concreta y por creer que cualquiera de mis casos también podría pertenerle a alguien en particular y no sólo amí, decidí inventarla.
Cuando decidí escribir la novela, al principio, tenía la intención de mostrar la posibilidad de construir lo que llamamos "un crimen perfecto", pero no me parecía ético. No tenía ninguna intención en enseñar a nadie el arte de cometer un delito y salir impune de él; así que pensé en añadirle un proceso de investigación donde el principal personaje de la historia no se saliera con la suya o al menos que no le fuera tan fácil, así que decidí crear la figura de un investigador, en este caso un detective.
Por otro lado quería mostrar varias cosas más. Quería evidenciar cómo se puede hechar a perder un matrimonio por no cuidarlo, y las consecuencias de ello. Quería mezclar ataques de celos por un lado y la lucha por querer arreglar ese matrimonio.
En definitiva una mezcla de situaciones desencadenadas por un fatal desenlace donde el lector se viera inmerso en ellas, haciéndole aprtícipe de la historia y llevándole a tener que ir imaginando lo que cada uno de sus personajes podrían hacer para conseguir sus intenciones.
Junto a todos esos componenetes, me hacía ilusión el homenajear de alguna manera a todas aquellas personas que han significado algo en mi profesión y que aún lo significan; así que al crear los personajes, todos ellos anónimos, lo hice poniéndoles el nombre y apellidos de esas personas, por lo que cada personaje esta formado por tres personas a las que quería darles vida, haciendo que cada uno de ellos, al leer su nombre o apellido, supiera que me refiro a él.
ASÍ NACIÓ LA IDEA y los responsables son los que me empujaron a ello y me dieron ánimos.
¡¡¡¡ LO SIENTO !!!!
Son ya más de nueve años, escribiendo pequeños artículos y columnas en revistas y periódicos locales; artículos en los que muchos de ellos han ido relacionados con mi trabajo y mi actividad profesional, tanto en la que actualmente llevo como detective privado, como la que ejercí en los servicios de información de la Guardia Civil, donde en su conjunto sumo ya más de veintinueve años de trayectoria.
Historias que, alguna de ellas, he dejado aparcada en un lugar secreto de mi cerebro por ser situaciones desagradables y cargadas de sufrimiento y angustia; otras que mantengo siempre en ese cajón de mi memoria para poderlas recordar y comentar en cualquier momento por ser graciosas y curiosas, y por último todas aquellas que me han nutrido porfesionalemente. Hechos que han servido para que, día a día, haya podido ir extrayendo los elementos necesarios para desarrollar mi profesión lo más dignamente posible.
Todo ello ha contribuido a esa idea de plasmarlo en un libro.
Pero lejos de contar una historia concreta y por creer que cualquiera de mis casos también podría pertenerle a alguien en particular y no sólo amí, decidí inventarla.
Cuando decidí escribir la novela, al principio, tenía la intención de mostrar la posibilidad de construir lo que llamamos "un crimen perfecto", pero no me parecía ético. No tenía ninguna intención en enseñar a nadie el arte de cometer un delito y salir impune de él; así que pensé en añadirle un proceso de investigación donde el principal personaje de la historia no se saliera con la suya o al menos que no le fuera tan fácil, así que decidí crear la figura de un investigador, en este caso un detective.
Por otro lado quería mostrar varias cosas más. Quería evidenciar cómo se puede hechar a perder un matrimonio por no cuidarlo, y las consecuencias de ello. Quería mezclar ataques de celos por un lado y la lucha por querer arreglar ese matrimonio.
En definitiva una mezcla de situaciones desencadenadas por un fatal desenlace donde el lector se viera inmerso en ellas, haciéndole aprtícipe de la historia y llevándole a tener que ir imaginando lo que cada uno de sus personajes podrían hacer para conseguir sus intenciones.
Junto a todos esos componenetes, me hacía ilusión el homenajear de alguna manera a todas aquellas personas que han significado algo en mi profesión y que aún lo significan; así que al crear los personajes, todos ellos anónimos, lo hice poniéndoles el nombre y apellidos de esas personas, por lo que cada personaje esta formado por tres personas a las que quería darles vida, haciendo que cada uno de ellos, al leer su nombre o apellido, supiera que me refiro a él.
ASÍ NACIÓ LA IDEA y los responsables son los que me empujaron a ello y me dieron ánimos.
¡¡¡¡ LO SIENTO !!!!
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